¿Repetir o no repetir?
Mucho se ha debatido sobre este tema, ¿debe un alumno repetir curso? Y siendo así, ¿bajo qué circunstancias? Echando un vistazo a la legislación nos encontramos en el punto tres artículo 15 dentro del decreto 231-2007 acerca de la “Promoción del alumnado” lo siguiente:
“Se promocionará al curso siguiente cuando se hayan superado los objetivos de las materias cursadas o se tenga evaluación negativa en dos materias como máximo, y se repetirá curso con evaluación negativa en tres o más materias. Excepcionalmente, podrá autorizarse la promoción con evaluación negativa en tres materias cuando el equipo docente considere que la naturaleza de sus dificultades no le impide seguir con éxito el curso siguiente, que tiene expectativas favorables de recuperación, a partir de las competencias básicas alcanzadas, y que dicha promoción beneficiará su evolución académica.” (Decreto 231-2007)
Los puntos cuatro y cinco de este mismo artículo continúan con lo siguiente: “Quien promocione sin haber superado todas las materias seguirá un programa de refuerzo destinado a la recuperación de los aprendizajes no adquiridos y deberá superar la evaluación correspondiente a dicho programa” y “quien no promocione deberá permanecer un año más en el mismo curso. Esta medida deberá ir acompañada de un plan específico personalizado, orientado a la superación de las dificultades detectadas en el curso anterior. Los centros docentes organizarán este plan de acuerdo con lo que, a tales efectos, establezca por Orden la Consejería competente en materia de educación” (Decreto 231-2007).
Así pues, un alumno teniendo tres o más materias suspensas deberá repetir el curso, contando con el apoyo de los departamentos correspondientes en el curso a repetir. Ahora bien, ¿Es efectiva la repetición de curso? El especialista en educación Rafael Feito, en su artículo “¿Qué pasa en la secundaria?”, parece estar un tanto reticente. Si un alumno repite, es porque es más lento en el proceso de aprendizaje, por lo que necesitará más tiempo, y este año “extra” le supondría una ayuda, en principio. Pero en la práctica esto no ocurre, si bien es cierto que los alumnos sienten una ligera mejoría en el curso que repiten, estos esfuerzos serían menores que si promocionan al curso siguiente. Destaca un estudio realizado por Seibel en Francia en 1984, los resultados concluyeron la nula eficacia de la repetición, aparte de una mejora de los resultados si los alumnos mantienen al mismo profesor durante diferentes cursos. Matiza que los resultados dependen del estado de ánimo en el que se encuentra el alumno, y si repite, éste interés por la clase disminuye, cambiando sus compañeros por otros de una edad inferior. Cabe destacar que en países como Finlandia, modelo educativo por excelencia, la promoción de curso está asegurada.
La conclusión parece estar clara, ¿para qué hacer repetir a un alumno si los resultados no van a mejorar? En nuestra experiencia educativa todos hemos tenido compañeros que han repetido curso y normalmente, no han mejorado sus resultados sino que el interés por las asignaturas del curso que repiten disminuye, aumentando las posibilidades de abandono escolar y fracaso.
¿Promoción automática o repetición de curso?
